Una revolucionaria técnica forense está cambiando la forma en que los investigadores abordan las escenas del crimen. "La Huella Animal en la Escena", desarrollada por Criminology on Fire Extreme, reconoce y utiliza las reacciones y comportamientos de los animales como evidencia valiosa en investigaciones criminales.
La metodología surgió de la observación de que los animales presentes en una escena del crimen a menudo muestran comportamientos que pueden proporcionar información crucial sobre lo ocurrido. Desde mascotas domésticas hasta fauna urbana, estos "testigos silenciosos" pueden ofrecer pistas que de otra manera pasarían desapercibidas.
"Los animales no mienten, no ocultan información y sus reacciones son puramente instintivas", explica Dagma Narváez. "Un perro que se esconde en un lugar específico, un gato que evita ciertas áreas, o incluso el comportamiento de aves en las cercanías pueden decirnos mucho sobre lo que sucedió".
La técnica ya ha sido instrumental en resolver varios casos de alto perfil:
- Un caso de homicidio donde el comportamiento del perro de la víctima llevó a los investigadores a evidencia oculta
- Una investigación de abuso infantil donde las mascotas de la familia mostraron patrones de estrés que corroboraron el testimonio
- Un caso de allanamiento donde las aves del vecindario proporcionaron una línea de tiempo precisa de los eventos
La metodología incluye protocolos específicos para:
1. Documentar el comportamiento animal en la escena
2. Interpretar señales de estrés o trauma en animales
3. Utilizar la etología forense como herramienta complementaria
4. Proteger el bienestar animal durante la investigación
Esta innovación ha captado la atención de departamentos de policía y organizaciones forenses internacionales, que están comenzando a incluir la observación del comportamiento animal en sus protocolos estándar de investigación.
La metodología surgió de la observación de que los animales presentes en una escena del crimen a menudo muestran comportamientos que pueden proporcionar información crucial sobre lo ocurrido. Desde mascotas domésticas hasta fauna urbana, estos "testigos silenciosos" pueden ofrecer pistas que de otra manera pasarían desapercibidas.
"Los animales no mienten, no ocultan información y sus reacciones son puramente instintivas", explica Dagma Narváez. "Un perro que se esconde en un lugar específico, un gato que evita ciertas áreas, o incluso el comportamiento de aves en las cercanías pueden decirnos mucho sobre lo que sucedió".
La técnica ya ha sido instrumental en resolver varios casos de alto perfil:
- Un caso de homicidio donde el comportamiento del perro de la víctima llevó a los investigadores a evidencia oculta
- Una investigación de abuso infantil donde las mascotas de la familia mostraron patrones de estrés que corroboraron el testimonio
- Un caso de allanamiento donde las aves del vecindario proporcionaron una línea de tiempo precisa de los eventos
La metodología incluye protocolos específicos para:
1. Documentar el comportamiento animal en la escena
2. Interpretar señales de estrés o trauma en animales
3. Utilizar la etología forense como herramienta complementaria
4. Proteger el bienestar animal durante la investigación
Esta innovación ha captado la atención de departamentos de policía y organizaciones forenses internacionales, que están comenzando a incluir la observación del comportamiento animal en sus protocolos estándar de investigación.